Wednesday, July 17, 2013

Biofília y Arquitectura


Durante la mayor parte de la historia de la raza humana, un gran periodo de decenas de miles de años mucho mayor que los pocos miles de años de civilización, los seres humanos vivieron inmersos en  la naturaleza, y dependieron de ella para su supervivencia. Fue en este contexto que la mente y el cuerpo del Homo Sapiens evolucionaron, creando la base del hombre moderno.
Elementos naturales como la luz, la temperatura, el agua, el fuego, el viento, los animales, la vegetación, entre otros, influyeron en el desarrollo evolutivo del ser humano. Para una especie cazadora y recolectora como fue la raza humana en sus origenes, la relación con dichos elementos era crítica. Los primeros seres humanos necesitaban entenderlos e incorporarlos a sus vidas para poder sobrevivir. Esto influenció la forma en que percibimos y respondemos al medio ambiente físico.
Por lo tanto, una estrecha relación con los elementos de la naturaleza se encuentra arraigada en nuestros origenes como especie, y, seguramente, codificada en nuestros genes.
En terminos generales podemos definir la Biofilia como la necesidad humana de estar en contacto con la naturaleza, derivada de la relación que con ella tuvimos en nuestros origenes evolutivos.
El termino Biofilia lo popularizó el biologo de la Universidad de Harvard Edward O. Wilson, PhD, en su libro de 1984, Biophilia, donde la define como “la tendencia innata a enfocarnos en la vida y los procesos naturales”, y agrega que “explorar y relacionarse con la vida es un proceso profundo y complicado del desarrollo mental. Hasta un punto todavía infravalorado en filosofía y religión, nuestra existencia depende de esta tendencia, nuestro espíritu se teje a partir de él, y la esperanza se eleva sobre sus corrientes”.
Por causa de la Biofília, el bienestar tanto físico como mental de los seres humanos está relacionado con su contacto con la naturaleza. Numerosos estudios demuestran como el contacto con elementos naturales favorece la salud, el aprendizaje, la recuperación de una enfermedad, la productividad laboral, entre otros muchos beneficios.
Pero, lamentablemente, existe una separación entre nuestro entorno construido y nuestra necesidad de estar en contacto con la naturaleza. En la gran mayoría de los casos la Arquitectura ha sido una barrera entre el mundo natural y el ser humano, bajo la falsa premisa de que la tecnología incorporada a los edificios puede satisfacer todas nuestras necesidades. Además, a un costo medio ambiental considerable; sobreexplotación de recursos naturales, consumos elevados de energía y degradación de hábitats naturales.
Por su parte, el creciente movimiento de la arquitectura sustentable solo se enfoca en evitar o disminuir el impacto que tienen las construcciones sobre el medio ambiente físico, lo cual es necesario y beneficioso, pero falla en disminuir o cerrar la separación mencionada anteriormente entre la naturaleza y el hombre, privándolo así de los beneficios que el mundo natural le trae.
Se necesita una arquitectura que diseñe y construya pensando en la naturaleza en un sentido amplio, no solo en el impacto que el edificio tendrá sobre el medio ambiente físico, también como este puede ayudar a satisfacer la necesidad de las personas de estar en contacto con el mundo natural, y así potenciar su bienestar y desarrollo tanto físico como emocional. Se necesita incorporar la Biofília a la arquitectura.


Arq. Luis Bentancor

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